SE DESTAPA EL CANDIDATO TAPA

Durante años en Venezuela se fustigó el sufragio como mecanismo democrático para auto componer los conflictos. La oposición en una acción centrípeta destruía cualquier deseo de medirse en las contiendas bajo la presunción de que el Consejo Nacional Electoral “estaba vendido” y que si patatín o que patatán, y bajo estas matrices de opinión anularon políticamente a quien irrumpía ese concepto.

Se impuso una agenda pendenciera, falaz que con retintines pretendieron anonadar al gobierno. Ahora recuerdo algunas: la marcha sin retorno, la renuncia; el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres; y la última hasta el final es hasta el final. Pero, peor aún, elementos obsecuentes ante factores hegemónicos pidieron a todo pulmón “sanciones” contra el pueblo venezolano. Estas medidas coercitivas unilaterales no dejaron recoveco por dañar. Desde el 14 hasta hoy sobre Venezuela pesan medidas, por supuesto, dictadas Inaudita Altera Pars, aplaudidas por obsecuentes y fustigadas, me atrevo a aseverar, por la mayoría de los venezolanos.

Hoy nadie cree en los efectos perversos de las “sanciones” (rectius: medidas coercitivas unilaterales). A contrapelo, estamos convencidos del daño tan terrible que nos hizo y, desde luego, la saña de la corrupción que taladró los más altos niveles gubernamentales. Seres sin escrúpulos que, mientras veían que muchos nos comíamos un cable, vivían «la dolce vita», embriagados por las mieles del poder.

Mucha agua ha corrido debajo del puente. El aprendizaje ha sido que ni la abstención electoral, ni los mantras, ni las medidas coercitivas unilaterales funcionan. Hoy la agenda electoral se impone y el camino a Miraflores solo se dará a quien en justa contienda gane.

Y es que, precisamente, escribo luego de los últimos acontecimientos en la vida política del país. Varios componentes de la oposición venezolana proponen a un“outsider”como candidato «unitario». Poco o nada se conoce del González Urrutia, un diplomático que inició carrera con el gobierno del presidente Pérez, J. Velásquez, el Dr. Caldera y Hugo Chávez. Eso es todo. ¿Triunfará esta opción? El panorama es muy incierto. Pero insisto: lo que sí triunfó es que el camino es electoral. Que la agenda agorera de los mantras o el abstencionismo no da caldo.  

Vienen tiempos de ideas, de escucha. Vienen los tiempos en que los candidatos presentarán su oferta electoral y recorrerán de cabo a rabo el país. Los venezolanos decidiremos la conducción del país para el próximo sexenio. Amanecerá y veremos.

Por José Leonardo Araujo Araque